martes, 4 de septiembre de 2012

Cometí muchos errores. Lloré por quien no debía y reí con falsas amistades. Tropecé dos veces con la misma piedra y cuando decía nunca más, me empujaron y caí estampado por tercera vez. Perdoné demasiado. Callé "te quieros", que por miedo, se quedaron en el aire. Callé verdades por no hacer daño. Abracé a personas que no se merecían ni el roce de mi piel. Disfruté de pequeños detalles, y aprendí poco a poco en qué consiste vivir. Y el secreto está en no arrepentirse de nada.